TEMA 7


EL ROMANTICISMO

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LOS POETAS MALDITOS

Existió un tiempo en donde la palabra artista significaba una persona con pocos recursos, y que dedica todo su tiempo a crear entre obsesiones, problemas, alcohol y excesos. En nuestra historia, hemos conocido a estos genios que única y exclusivamente hacen lo que mejor saben hacer, encerrados, explorando sus demonios y entregándose al desenfreno de la vida.
Estos artistas son aquellos que marcaron una época, la vie bohème de finales del siglo XIX y XX. En el campo de la literatura, estos personajes son conocidos como los poetas malditos, literatos que por su estilo de vida y forma de escribir son conocidos por su afición por hablar sobre la decadencia de la naturaleza humana.
Verlaine fue uno de los primeros autores en exponer que el genio que distinguía a estos literatos dentro de su individual y única forma había sido también su maldición, ya que se habían vuelto en una especie de ermitaños que se regocijaban de sus condiciones adversas. 
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Para Verlaine, estos creativos siempre fueron seres atormentados e incomprendidos, teniendo vidas trágicas y entregados con frecuencia a actitudes autodestructivas; que para el autor, eran consecuencia de su gran talento.
El concepto poeta maldito nace específicamente del poema Bendición de Charles Baudelaire, con el que inicia su libro Las Flores del Mal. Con el paso del tiempo, este término empezó a ser usado junto con el de malditismo para referirse a cualquier poeta, escritor e incluso artista plástico que compartía con los otros creativos este sentido de  no pertenencia, llevar una vida bohemia y rechazo a las normas, por lo que a su vez desarrollan un arte completamente divergente.
 
“Poema maldito” del gran escritor Jack Kerouac:
La única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas”.
 




Hubo un tiempo… ¿recuerdas?

[Poema - Texto completo.]
Lord Byron

Hubo un tiempo… ¿recuerdas? su memoria
Vivirá en nuestro pecho eternamente…
Ambos sentimos un cariño ardiente;
El mismo, ¡oh virgen! que me arrastra a ti.
¡Ay! desde el día en que por vez primera
Eterno amor mi labio te ha jurado,
Y pesares mi vida han desgarrado,
Pesares que no puedes tú sufrir;
Desde entonces el triste pensamiento
De tu olvido falaz en mi agonía:
Olvido de un amor todo armonía,
Fugitivo en su yerto corazón.
Y sin embargo, celestial consuelo
Llega a inundar mi espíritu agobiado,
Hoy que tu dulce voz ha despertado
Recuerdos, ¡ay! de un tiempo que pasó.
Aunque jamás tu corazón de hielo
Palpite en mi presencia estremecido,
Me es grato recordar que no has podido
Nunca olvidar nuestro primer amor.
Y si pretendes con tenaz empeño
Seguir indiferente tu camino…
Obedece la voz de tu destino
Que odiarme puedes; olvidarme, no.


                              Separados
                             Arthur Rimbaud

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No me escribas. Estoy triste, desearía morirme.
Los veranos sin ti son como noche sombría.
He cerrado los brazos, que abrazarte no pueden, 
invocar mi corazón, es invocar la tumba.
¡No me escribas!

No me escribas. Aprendamos únicamente a morir en nosotros.
Pregunta sólo a Dios..., sólo a ti mismo, ¡cómo te amaba!
Desde tu profunda ausencia, escuchar que me amas
es como oír el cielo sin poder alcanzarlo.
¡No me escribas!

No me escribas. Te temo y temo mis recuerdos;
han guardado tu voz, que me llama a menudo.
No muestres agua viva a quien beberla no puede.
Una caligrafía amada es un retrato vivo.
¡No me escribas!

No me escribas dulces mensajes: no me atrevo a leerlos:
parece que tu voz, en mi corazón, los vierte:
los veo brillar a través de tu sonrisa;
como si un beso, en mi corazón, los estampara.
¡No me escribas!


GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER



Comentario de texto Rima XI


-Yo soy ardiente, yo soy morena,
yo soy el símbolo de la pasión,
de ansia de goces mi alma está llena.
¿A mí me buscas?
-No es a ti; no.
-Mi frente es pálida, mis trenzas de oro,
puedo brindarte dichas sin fin.
Yo de ternura guardo un tesoro.
¿A mí me llamas?
-No; no es a ti.
-Yo soy un sueño, un imposible,
vano fantasma de niebla y luz;
soy incorpórea, soy intangible:
No puedo amarte.
-¡Oh, ven; ven tú!

Comentario de texto Rima XLI

Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o abatirme!…
¡No pudo ser!
Tú eras el Océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén
¡tenías que romperte o que arrancarme!…
¡No pudo ser!
hermosa tú, yo altivo; acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder;
la senda estrecha, inevitable el choque…
¡No pudo ser!


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